A veces me pregunto, sólo a veces, si amo;
a veces me golpeo, y duele, pero lo hago.
¿Por qué la ilusión es tan fuerte a nuestra edad?
¡Parece amor! y si no lo es, ¿cómo será en verdad?
Si la cebolla de plata nos hace llorar al mirarla,
cómo es que el amor impide a nuestras almas
desdeñar a nuestro propio corazón,
cómo que sin hacerlo, ya estamos llorando.
¡Contra el amor, señores, jamás existirán armas!
Y una gota de lluvia nace en la noche,
y una gota del cielo en mi piel se pone,
y tu voz se escucha donde nada se oye,
y tu piel se enciende y mi piel se esconde.
¿Quién eres?, dime, que me has de alegrar.
¿Quién eres?, dime, que me haces llorar.
¿O eres el viento que sopla con la brisa,
o eres la flor que esperé toda la vida?