Hay una atmósfera dulce que me impulsa a tocarte,
a sentir que lo entiendes con tan solo mirarte.
El perfume sutil que se siente en tu espalda,
vaporoso candor con que impregnas el alba.
Destilando tu olor te me anuncias en calma,
tu dulzura de flor ahora guardo en el alma.
Hay una atmósfera dulce que me obliga a escucharte,
a sentir que respiro con tan solo rozarte.
Saboreando este amor me encuentro delirante,
de tus mieles de flor bebiendo a cada instante.
Hay una atmósfera dulce que me induce a abrazarte,
perpetuando este amor nebuloso y fragante.
Aspirando el olor de tu cuerpo exitante
y sabiendo que soy simplemente tu amante.