nelida anderson parini

LA DECISION.

En vehemente discusión apasionada, están el alma y el razonamiento,

tono severo, aguda la mirada, la convicción es pauta del momento.

Escucha el alma, serena y callada, lo que dice el razonamiento,

minutos pasan sin llegar a nada, ahora el alma expone su argumento.

 

El pobre Hombre aguarda silenciado, a la espera de lograr algún consenso,

ya desespera, se siente algo cansado, tanto alboroto lo tiene descontento.

Al fin de cuentas él no los ha consultado, su decisión mantiene en suspenso...

Los años pasan y ninguna ha logrado, imponer sobre él un argumento.

 

Ahora el alma invita al sentimiento, trata de reforzar su parlamento...

Apura el paso el razonamiento y pronto hace venir al pensamiento.

Pasan la vida en eterno debate, procurando convencer a éste sujeto.

La discusión se torna permanente, urgidos por un fin: convertirlo en su adepto.

 

Transcurre el tiempo, el Hombre ya agobiado, no logra discernir un argumento,

siendo que casi su vida ha terminado, su proceder aún sigue siendo incierto.

En ocasiones el peso se ha inclinado, dando por guía al razonamiento,

más nunca hubo de dejar de lado, la voz sensata de su sentimiento.

Se agota el tiempo, sin haber logrado, decidir ¿a cuál seguir, de éste cuarteto?