Contemplo las violetas
al pie de mi olivera;
mi vista las lisonjea
queriendo hacer con ellas
un ofrenda de alhajas violáceas.
Con sumo tacto las tomo;
¡Qué aroma tan divino!
de violetas terrenales
haciendo feliz al olivo
con sus adornos florales.
Contemplo el ramito violáceo
y quiero llevarlo hasta el mar
para mezclar su fragancia
con la brisa, con tu misterio,
y con las perlas de tu mirar.
Tus ojos besarán el ramito,
tu olfato beberá su brisa,
tus labios miraran los míos
y unirán sus pétalos finos
con sabor a violetas y a mar.
19 de febrero de 2009
Pau Fleta