Es un dolor agudo que me oprime en el pecho
como la burda jaula que encierra una paloma,
paso la noche en vela de la ventana al lecho…
tratando de olvidar tu cuerpo con su aroma.
Del dolor al olvido hay un túnel estrecho
fácil de recorrer cuando la calma asoma,
una tarde cualquiera con la vista en el techo
el dolor la abandona mientras otro lo toma.
Hoy navego tranquila sin nada a mi costado
y me trazo la ruta de un velero que es mío,
no necesito nada que no tenga a mi lado
porque mi corazón ya llenó aquel vacío.
Del jardín de la vida hoy nació una ilusión
trayendo la alegría a un alma atribulada
que lloraba en silencio oyendo una canción.
¡Fue un sueño del ayer y hoy no queda nada!
María B Núñez