Los recuerdos del miedo son indicios
de lo que somos, tal vez de lo que fuimos,
de lo que un día nos hicieron ser.
De la herida del nunca,
del venial armario del por siempre,
de las marcas a fuego,
de los charcos sin lluvia,
de las botas
picadas de agujeros y sonrisas,
de los pómulos rojos por el frío,
del juego al escondite
- por la noche -
tanteando los cuerpos,
descubriendo
los lugares prohibidos,
mirando las estrella boca abajo,
resucitando entre la multitud.
El miedo es un tricornio
un bosque que se mueve,
una camisa azul,
un domingo sin fiesta,
una carraca por Semana Santa,
un día de difuntos,
un madrugar sin ojos,
un paseo al rosario de la aurora,
un silencio sin nadie,
un uniforme gris,
una mano que busca en la entrepierna,
un pecado mortal.
Los recuerdos del miedo
son un paisaje oscuro,
muy oscuro,
una bandera, una canción, un crucifijo,
un las cosas a medias,
un silencio que habla,
un equívoco, un viento
que se lo lleva todo, un olvido,
una forma
de dejarse morir.
El miedo son tus ojos sin los míos.