Aun quedan restos de tu cariño marchito
pedazos de sueños y promesas inconclusas
la nube nuestra disuelta en aquel cielo alto
la magia de nuestras almas ahora deshechas
fue acaso la desidia de un corazón primerizo
o la precipitación de un conquistador impulsivo
quizás el momento impreciso con vano esfuerzo
que predestinaba un fin sin previo aviso
fuiste la sublime creación de mi amor sin cuerpo
la excelsa redención de mi deseo sin destino
el acierto más incierto de mi contratiempo
la enseñanza perfecta a mi espíritu taciturno.