El cristal yace inferiormente
e inferiormente se me ríe…
y se pierde cual hielo en la corriente
de agua pura y puramente, se deslíe.
Pero en ese corto instante
de mi el cristal se lleva un secreto,
que lacónico no parece ser bastante
pero, es un universo, breve, discreto.
Cuestiono su sonrisa,
una burla vil y evidente,
misma que escapa rauda, de prisa,
como un recurrente sueño, que se marcha de repente.
Y mis pupilas han visto
al cristal inferior tan cerca
en cruel desasosiego obstinado e imprevisto;
mofa insistente, en una sonrisa tan terca.
Creo entender al cristal,
en su sesión diaria de escuela,
me ve, para así reflejarme mi mal:
felicidad - llega, se va…, se marcha, vuela…
Alviz Neleb
Septiembre 18 de 2011
09:51 p.m. - Domingo