Cuando no estás, tu presencia se hace más fuerte
Tu compañía rompe los límites del tiempo y el espacio
Tu vida se presenta como un todo en mi alma solitaria
Y tu mirada me acompaña para compartir lo que hago.
Cuando no estás, mi quehacer tiene sentido claro
Pues el encuentro le da razón al compartirlo todo
La expectativa de platicar lo vivido y lo hecho
En la vivencia de estar con el otro en lo pasado.
Cuando no estás, tu cuerpo se vuelve un altar
Donde mis esfuerzos han de sacrificar al ego,
Un remanso de agua viva que calme mi sed eterna
Un recuerdo amado de mil vivencias y alegrías.
Cuando no estás, hay un mar de negrura iluminado
Por esos ojos vivarachos que en una sonrisa llenan
De ilusión y ejemplo, de valor y calma infinita
Pues cuando no estás, ¡estás más cerca que nunca!