Hice un viaje a tu ciudad , llegué y
no me viste , me senté a tu lado , te
platiqué al oído , no escuchabas ;
pero sonreías , tu piel la sentí tibia ,
siempre exquisita , con esa fragancia
que me acaricia los sentidos , te
observaba internada en tus ideas ,
las que siempre me saben a genio ,
caminé hasta tu cama , sospechando
encontrar mi fragancia , aquella que al
despedirme , esa noche , te dije , dejaré
tres gotas de mi olor , para que siempre
te acompañe en estas noches de frio y
te sientas en mi compañía , mi sorpresa ,
es que si sentiste que esa noche llegué ,
y mis manos rodearon tu rostro , cerraste
los ojos y tres besos sentiste , dijiste , aún
no te vayas . . . yo dije . . . debo regresar ;
pero recuerda que al pensar en mi . . .
estoy a tu lado .