Cielo estrellado en la noche, que con la luna te alumbras,
Dime si desde tu suelo, se ve la tierra en penumbras;
Pues un manto nos arropa, el manto de la maldad,
Que crea la incertidumbre de que logremos la paz.
¡Oh!, virgen de la esperanza, de la fe, y la caridad,
Protégenos con tu velo y tu bonita bondad;
Permitiendo que en tu cielo se forme un fuerte diluvio,
Y nos envíe un torrente de mucha felicidad.
Que sature nuestra tierra del amor que necesita,
Para cuando vuelva Cristo en su próxima visita;
Y que la gente lo alabe y aclamen con amor,
No sea que en estos tiempos le vaya a pasar peor.
No pienso que Dios su padre, eso vuelva a permitir,
Porque ya tuvo bastante y se puede arrepentir;
Pero cielo estrellado en la noche que con la luna te alumbras,
Dime si desde tu suelo, se ve la tierra en penumbras.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita