Las manos se deslizan por las paredes,
las sombras anuncian el terror
miles de ojos cruzan la noche,
las almas nocturnas respiran muy cerca,
ha llegado la noche, locura del más allá.
Ahí, frente a mí está Él,
luego, surge la silueta en el rincón,
solamente me observa y desaparece,
trato de no ver esa realidad infernal,
pero ese Ser me persigue como la muerte.
¿Saben? Dicen que estoy enfermo,
que la mente elabora ilusiones satánicas,
que los libros borraron mi existencia.
Dicen que el infierno lo inventé,
que los muertos en mi habitación
son el resto del licor en mis venas.
Yo no lo creo, Satanás está aquí,
su presencia lo invade todo,
tengo miedo y soy feliz.
No llego a treinta años de vida,
ya he perdido el cabello,
todo mi cuerpo se desploma,
hace mucho que no duermo,
cuando llega la noche, llega el infierno.
Ellos creen que las pildoras me salvarán,
que si las tomo,los malos se irán.
!Pobres ignorantes! Aquí está Satanás,
me llama por mi nombre especial,
"Miguel, ven Miguel, abrázame, Miguel",
y con sus garras negras y luminosas
se acerca a mi rostro y me besa.
Trato de huir y me oculto
aquí, donde siempre, debajo de la cama