No quiero escuchar,
mas mis pasos
en la noche callada,
ni percibir,
mi respirar ajetreado.
No deseo sentir,
mi pulso palpitar,
ni ver más estas paredes,
que casi me saludan
de tanto observarme.
Quiero la paz de mi alma
reposar para siempre
y permitir,
que los recuerdos pasen
sin detenerse a abrazarme.
Anhelo dormir profundamente
y no despertar jamás,
que me importa,
que alguien se robé mi sombra
mi voz,
y el aire,
que me tocaba respirar.
Quiero cerrar,
mis húmedos parpados,
cansados de tanto llorar.
Ya en el bosque de mi vida
no hay verdor
sólo grises
a mi alrededor.
No quiero escuchar,
mis pasos
recorrer las mismos
metros doce metros,
de mi cuarto al comedor
y del comedor mi cuarto.
Sólo quiero descansar en paz
de los recuerdos
y decirle adiós
a la soledad encendida
que reina,
en mi existencia callada.