El río que hay en ti
tiene un puente tendido
que cruza el torrente de tu mirada
y llega a la orilla donde te aguardo.
El río que hay en ti
es negro, profundo y rápido.
Corre por el fondo de tus ojos
y suena con rumor de agitado pulso.
El río que hay en ti
está habitado por peces que yo alimento.
Transporta carpas, que son celos
y truchas, que son versos.
El río que hay en ti
me invita a ahogarme hoy y siempre,
a despeinar mis cabellos sumergidos
y a convertir mi piel en cieno.