Tuve un atisbo de tu otra piel
Fruto prohibido del lejano Edén
Visión furtiva del cazador y la presa
Del león furioso que posee a la gacela
Esa otra piel escondida tras la ropa
Que recorren mis manos con torpeza
En las horas infinitas de mi insomnio
Perdido entre brazos de demonios
Otra piel, mórbida y lujuriosa
Que fundida en el calor de la mía
Me transportará hacia el Valhala
Entre lamentos de la presa herida
Tuve un atisbo de tu otra piel
Tela de tu cuerpo inaccesible
Cuya puerta se abre entre tus manos
Cuya puerta se cierra entre tus labios
He viajado en el sueño de tu otra piel
Del roce de mis labios en tu pelo
Del calor de tu mejilla sobre el corazón
De la fresca sensación de tu desnudez
Murmuro como sollozando tu ausencia
Pues al cerrar los brazos sólo hay vacío
Al juntar los labios sólo hay frío
Y tu otra piel jamás será mía.