Y soñé un día…
que eras dueña de mis sentimientos
que mis miembros tenía,
sin control de movimientos.
Y sentía pinchazos en las piernas
pinchazos en la cabeza,
la sangre caliente en las venas
tus pezones entre mis labios como fresas,
y me soñé acariciando tus nalgas, tus nalgas tiernas.
Y soñaba como que te poseía
tú clavándote en mi alma
yo amándote María
amarrada a mi cama,
te besaba, te chupaba y te mordía.
Y soñaba que gozabas y gemías
deseando morir, con mí ser enterrado,
en tu cuerpo alma mía,
y mi corazón estrujado
pues sentía que te amaba,
que yo te amaba, que te amaba María…
Y desperté un día sudando
con el corazón desbocado
sin saber que me estaba pasando
pues no te conocía y me tenías atrapado
entre el aroma de tu ser y tu sexo,
mi niña me estabas matando.
De día caminaba como muerto
pálido desangrado
de noche tu muñeco
con mis deseos secuestrados,
eras la dueña de mi cuerpo y de mi sexo.
Día a día un nuevo sentimiento
a cada pinchazo en mi corazón
obtenías el control de mi pensamiento
el control de mi deseo y el control de mi pasión.
Y se repetían los sueños entre tus besos,
entre tus brazos, y mordidas tuyas
entre mi boca tus senos
entre tus piernas, las mías…
Y entre nubes blancas y sombrías
en el centro de ese huracán
pude ver tus plumas amarillas
y el aguijón del alacrán
que tú ensartabas María
en un muñeco, con la cara mía
con cuerpo de gavilán
con las garras que te cogían
y el pico curvo que de tu vientre bebía.
Tu la de alas amarillas, eres
la que practicas brujería
ensartándome alfileres
saciando de mi, tus placeres.
Y soñé que te amaba
soñé que eras mía,
desee morir clavandote hasta el alba
soñé contigo María…
entre nubes blancas y amarillas
soñé que feliz moría,
cuando en sueños, yo te poseía.
Adlerritter