He sentido tus labios,
he tocado tu cuerpo,
he mirado tus lindos ojos mirando fijamente los míos,
he sentido tu cuerpo desnudo sobre el mío,
he probado el dulce néctar de tu miel,
he sentido en un abrazo tuyo la ternura
y delicadeza de un te quiero silencioso mas expresivo que las mismas palabras,
he sentido tu respiración recorriendo mi pecho
cual si fuera un aire caliente entibiando mi cuerpo,
he sentido el palpitar de tu corazón latiendo al mismo tiempo que mi corazón
en una sincronización tan perfecta y exacta como si se tratará de un mismo corazón.
Has estado presente en mis sueños
endulzándolos y transformándolos en dulces sueños,
has estado presente en mi mente
desde el mismo momento en que ví
por primera vez ese rostro tan perfecto y delicado,
preguntándome si ese ángel que me deslumbró tenía nombre,
has convertido en un bello tormento la noche,
porque a pesar de tenerte tan cerca no puedo tomarte,
no puedo perderme navegando cada parte de tu cuerpo,
has quedado sembrada en cada pensamiento de mi caótica cabeza,
has aparecido en mi imaginación
creando un idilio el cual estoy seguro que puede convertirse en realidad.
A pesar de el dulce sabor tus labios,
el calor y delicadeza de tus caricias,
de tu mirar tan enigmático y me que invita a perderme en ti,
a pesar de la perfección de tu cuerpo,
de tu desnudez,
de tu beso de buenas noches o de buenos días,
nada se compara con el simple hecho
de admirar tu serenidad, tranquilidad e inocencia cuando duermes.