Mis playas divinas
Las debo cuidar
Regalo de Dios
¡Para disfrutar!
VALORES EN LA PLAYA
El auto se estaciona y de él saltan los niños. Éstos corren hacia la orilla del mar, introduciendo sus pies en las tibias aguas, el más pequeño del grupo exclama:
_ ¡Qué rica agua! ¡Voy a ponerme el traje de baño! ¡Estoy ansioso porque ésta cubra totalmente mi cuerpo!
Decir esto y salir disparado hacia el carro fueron dos cosas iguales. En su loca carrera se detiene el ver un libro bellísimo, tirado en la dorada arena. Se inclina y lo recoge. Observa emocionado la coloreada portada. Mira hacia donde están sus padres y grita:
_ ¡Papá, Mamá! ¡Me encontré este lindo libro tirado en el suelo! ¡Y tiene un nombre poco común! ¡VALORES ¡
_ ¿VALORES…? Responden los padres a una misma voz. _ ¡Tráelo para verlo, Jassiel!
Camina hacia ellos y les entrega el precioso libro, éstos lo hojean quedando encantados con el colorido y los títulos que presenta cada aventura de VALORES. ¡Hay que leerlo! Dicen todos a la vez.
Jassiel se olvidó del traje de baño, tomó el libro en sus manos y se sentó bajo una palmera para deleitarse con la lectura de su nuevo amigo. Cuando se disponía abrirlo, escucha un vocecita que decía: _ ¡Hola, Jassiel! ¡Soy yo, VALORES!
_¡VALORES1 ¿Tú, hablas?
_Si, amiguito y antes de que comiences a leerme quiero contarte unas cosas que te interesa saber.
_ Bien, te escucho.
¿…Sabías que las aguas marinas que constituyen los océanos, los mares y los ríos cubren las tres cuartas partes de la superficie terrestre?
_ Sí, me lo dijo mi maestra josefina. Responde el niño.
_ Además de eso nos explicó que la salinidad contiene 36 gramos de sal por litro y que las mismas son de sodio, magnesio, calcio y potasio.
_ ¡Qué bien exclama VALORES. Quién ahora interroga al muchachito: _Y en cuanto a la conservación ¿Qué te ha dicho tu maestra?
_ Que no debemos lanzar desperdicios ni dentro ni fuera del agua.
_ ¡Mira! ¿Tu hermana esta lanzando una lata al agua!
El niño corre hacia donde su hermana, increpándola _ ¿Po r qué lanzas ese envase al mar? ¡Recógelo! ¡Por favor! ¡Ponlo en el lugar donde corresponda! ¡Ve allí, donde mamá puso la bolsa para la basura!
_ ¡Está bien! ¡No te enojes, hermanito! Responde, muy apenada la niña. Él la toma de la mano y la lleva al sitio donde se encuentra su nuevo amigo, a quién consiguen recostado de la palmera; y en sus ojos pintados un reproche hacia Nohengelys, la hermana de Jassiel. Ella sorprendida se pone de rodillas frente al libro balbuceando:
_ ¡…Disculpa! ¡Tienes el nombre más bello del mundo!... Y que hoy, mi hermano, siendo más pequeño que yo; tú y mis padres, que siempre, siempre viven recalcando, ¡Conserven limpio el ambiente que nos rodea! ¡No sean inconscientes! Me hacen ver e internalizar mi gran error.
Extrañado por las palabras de su hermana, Jassiel, pregunta: _ ¿Qué tiene que ver mu amigo en todo esto? ¡Sí ni siquiera ha hablado contigo! ¡Sólo te miro, Nohengelys!
Acota, VALORES. _ Es por mi nombre, inteligente niño. _ ¡Ah! Es verdad, recuerdo que nuestra querida maestra, nos dice a cada rato que los valores no se pueden demostrar, peo sí mostrar con nuestras actitudes; lo cual quiere decir que mi hermana al lanzar la lata al mar, mostraba un antivalor con su actitud negativa. Concluye, Jassiel.
_ ¡Exactamente! Afirman VALORES y su hermana al mismo tiempo.
Autora: MSc. Ingrid Chourio de Martinez uentario Las Aventuras de Valores
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