Dime noble abogado del amor,
¿Podríamos demandar al joven cupido traidor?
Ese que me prometió una dulce utopía y
solamente me dejó una profunda herida que no deja de sangrar.
Cuéntame mercader del tiempo,
¿puedo devolverte estas memorias?
No son cruces que quiera cargar, llévatelas por favor,
me torturan cuando busco soñar.
¡Doctor, doctor te necesito!
¿Sanarías estos estigmas?
Cúrame, es mi suplicio, cierra para siempre el oscuro pasado,
porque necesito abrir sin temor la puerta de mi corazón...