Quien llame gloria al vacío del tiempo,
Quien llame vida, al vivir sin perdón,
no ha sentido la armonía
de un verso que guarda lo eterno de Dios.
Viviría en las rimas de un sueño,
dormiría en el cantar de un gorrión,
La gloria y el paraíso se unieron,
en la forma más pura de expresión.
No existe mayor consuelo,
ni don más grande de Dios,
es el cantar de los ángeles en la tierra,
la poesía pura, súblimes letras de amor.
Me despido de ésta dimensión divina,
dormiré recitando su amor,
no podré expresar mejor mi dicha
que en un verso de dulce pasión.