Te amo, lo digo y se dibuja en mi mente tu paisaje
De manos laboriosas de sueños que aún no se alcanzaron
Sueños de libertad y de grandeza que en la noche de los siglos
Garras de bestias sangrientas te arrebataron.
Te amo desde la sabana grande y el Orinoco.
Hasta la tierra del fuego y el mar del sur.
Donde tus voz de bohemio, dulces canciones
En noches de idilio con amor entonó.
Te amo en el Amazonas y la Cuenca de Guayas
En las sierras nevadas con vuelos de cóndores en extinción.
Y eres mi cóndor, mi canto subterráneo
Mi grito que se quedó ahogado en la noche de mi dolor.
Te amo ojos de tierra ardiente, volcánicos lamentos,
Ríos que son arterias por donde fluye todo este amor.
Te busco y te encuentro en el Titicaca
Y te devoro en las pampas donde vive mi amor.
Estoy borracha de tanto amor que tengo
Cuando entono la música que me trae tu olor
A retama fresca, a paja ardiendo y crepitando.
A aguas que descienden por escarpadas pendientes
Por bosques de abacaes de guayacanes antiguos
De mangos y pechiches; buscando el ancho mar.
Y vibro en las a arenas blandas de tu paisaje
En los acolchonados prados donde reposa mi alma
Y contempla el azul de tus ojos cielo y espumas
Que flotan por el aire donde encuentro tu voz.
Te amo, con la furia de mis gastados gritos
Cuando te pisotearon y vendieron tu honor.
Te amo vicuña suave, dulce caricia que mis ojos no olvidan
Llama que me recuerdas que soy india en el alma.
Música que los vientos trae en sonoros pingullos
En rondadores tristes y bocinas que unen el lamento
De la tierra secuestrada y el rebelde clamor.
Te amo, y soy tuya, inmensamente, intensamente tuya
Puñadito de tierra, canto de ruiseñor, que penetra en mi alma
Con la brisa más suave que te trajo hasta mi.
Te amo tierra madre, dulce y apasionada
Te amo y me entrego en este canto y en él, mi corazón.