Son tantos los años,
cargando con este dolor,
que siento me he acostumbrado.
aunque aún vibra de emoción mi corazón
al escuchar cada mañana en mi balcón
algún bello trinar de un ave.
Mi risa hace años se fue de viaje
y la sustituyo un nudo,
que me aprisiona la garganta
y a veces se equivoca
y me hace llorar.
En mi aún hay mucho amor para dar
lo siento y lo ofrendo sin mediar convenios,
porque es parte de mi ser, amar.
Pero existió un amor más grande que todos
el cual a pesar de los años,
no la puedo olvidar,
fue dulce río dulce de pasión,
de suaves corrientes de placer,
fue arrullo de manantial cada mañana
y el bálsamo para mi dolor.
Sé que otra bella golondrina,
con un hermoso trinar
jamás volverá a anidar en mi corazón,
con la misma intensidad
con que ella habitó.
Mis versos,
alzan vuelo todos los días hacia el cielo
y ruego a mi Dios humildemente,
se los haga llegar.