Sediento hasta ser lujurioso
el deseo que sube por el cuerpo
estremece cada centímetro celoso
pues de noche tu ser me hace negro.
Avaricia de repartir bondades
impulsan ser de tu cielo destello
único para volver en ti dominante
cada caricia que lleva al desenfreno.
Impadioso lo sexual, no sumiso,
ira creciendo como marea de fuego
hasta erigir nuestra cúspide del piso
donde dos ardientes serán el infierno.
Vito Angeli