Después de tanto tiempo sin verte,
he aquí los dos de frente;
sigues siendo tan precioso.
Tu sonrisa,
tu sonrisa tan bella
y radiante
es para mí
como el amanecer en las montañas
tan cálida y reconfortante
a mi alma.
Tus ojos aun tienen ese brillo que,
a pesar de los años que han pasado
no se ha perdido.
Te busque mucho tiempo,
pregunte por ti a varias personas,
conocí a perfección la ciudad por buscarte,
pero al fin te encontré
cuando te sentí perdido.
Siempre pensé en ti,
te recordé tal
y como cuando te deje de ver.
Era necesario darte un beso.
Necesitaba besar esa boca tan rica,
tan suave y tan fresca,
fue una delicia ese beso,
aunque efímero,
comparable a la eternidad
atrapada en un segundo
que me pudo
trasladar a una dimensión
insondable de emociones…
solo felicidad y satisfacción,
algo que no se repetirá.