Ya casi nada va quedando del pasado
todo se ha ido diluyendo en la memoria,
sólo cenizas de las libros han quedado
sobre un armario que guardaba la historia.
La biblioteca silente está llena de telarañas
los libros gimen al mordisco de los grillos,
el diccionario es hoy hogar de las arañas
junto a un mapa mundo agujereado por cuchillos.
Sólo hay ruinas que el tiempo fue dejando
que dicen más que el lenguaje de los sabios,
varios recuerdos de la infancia estoy evocando
pero es difícil que estos lleguen a mis labios.
Este lugar se ha convertido en un misterio
llenos de sombras de Poetas que escribieron,
dentro de poco éste será un gran cementerio
¡De escritores que sus libros no vendieron!
María B Núñez