Días de fiesta en los cielos,
de intenso azul su color
y la bruma con su incienso
los adora bajo el sol.
El verano se termina
y nos entrega su adiós
y en el lienzo de mi vida
difumina su esplendor.
Dulce y cálido verano,
lleno de luz y de amor,
el otoño está llamando
para cambiar tu color.
De ocres y de amarillos
se poblarán nuestras vistas,
melocotón y membrillo
y las uvas en vendimia
remarcarán el camino
en su punto de salida.
Arcoíris en los bosques,
en hojas sin clorofila,
recrearán los marrones
de una auténtica familia.
De ocres y de amarillos
adornarán las orillas
de mi río, siempre mío,
plasmando fotografías.
Y el amor madurará,
dando paso a la esperanza…
el verde se apagará
transformado en confianza.
Y yo seguiré a la espera
de esa flor que no deshoja,
no puede el viento con ella,
pero mi amor… la desborda.
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