Buscándote en mi sombra, sin calor, sin aliento, sin sonidos, llamándote sin que me oyeras, amándote sin que lo supieras, con el miedo de la luz, pero deseando que alumbrara mi camino, queriendo caminar, pero temiendo caer en el abismo, asiendo tu mano inasible y besando tus labios transparentes, así pasaba ayer las horas llenas de lágrima oscura. Palpitaba mi corazón, dando morada a ese triste sueño, anidado en grutas misteriosas sin luz, sin distancia, evocación de formas fugaces, llamas frías, mariposas muertas afuera y soledad viva adentro.
Mi princesa, mi conciencia de la rosa, mi arrullo, mi vaivén futuro,
Almena devota de la dulce espera, voz celeste que a mi alma llama, no te veo, no te alcanzo mi dulce princesa de hermoso nombre, y hermosos ojos, mi voz te nombra, pero mis oídos no te escuchan, donde estas mi princesa.
Jordi