En Verdad te quiero
porque en noches estrelladas
los luceros bajan
y te abrazo con las ansias
de no soltarte jamás.
Te quiero
porque bajo el brillo
de la luna infinita
tu amor es más bello,
y la luna se hace inmensa
y tus ojos relucientes
cada vez más divinos.
Te quiero porque de tu boca
sólo tengo besos
de encantos
y caricias todas,
porque de ella brota
lo hermoso y lo bello
como brota del botón una rosa.
Te quiero porque tus palabras
no dejan de entonar
con música de amor
el poema del corazón
con una apasionada ilusión
y que sigue siendo mi perdición.
Por eso niña,
que vives con latidos fuertes
en el fondo de mi corazón,
te quiero,
porque no hay más fuerza
que la que tú me ofreces,
con ese rojo de sangre
que baña tu cuerpo
con ese rojo de vida
que eternamente
se vuelve mío.