Hay silencio en la noche, esta de luto el amor, se hizo presente el dolor, se aglomeraron las penas.
Esta sufriendo una alma buena, por causa del desamor, triste se encuentra el poeta
Y sus letras hoy día sangran, sus manos débiles temblaban, Moria ya su inspiración.
Pues sepultaba con dolor a la Muza de sus sueños, ya verán porque un hombre bueno padecía tanto dolor.
Recuerdo que fue una tarde de esas de inspiración, tomo en sus manos su guitarra para cantarle a su amor, pero grande fue su sorpresa, cuando entro a la habitación y miro que en otros brazos ya reposaba su amor.
Llenose todo de ira, rabia de celo y dolor, al mirar que su gran amor, a otro hombre le entregaba, las delicias de su cuerpo, en su propia habitación, saco el arma del cajón y los miro con enojo, llenándose ya sus ojos con lagrimas de dolor.
Primero quito la vida de aquel extraño ladrón, que no tuvo compasión y robo su felicidad, lo sepulto en la parte de atrás donde nadie lo encontrara, donde una curiosa mirada nunca pudiera llegar.
Su amada estaba tendida sobre la cama dormida, cuando una lágrima fría de pronto la despertó, cual sorpresa se llevo, al mirar la sangre toda que en una almohada blanca ya roja, en su cama encontró.
Su amado estaba sentado, en el sillón de la sala, con una extraña mirada, perdido y desorientado, llena de asombro y dolor corrió donde estaba el, y el sin mediar palabras disparo contra su mujer, no pudo soportar el dolor que la traición le había causado, y como un loco atormentado quito su vida también, de lo que nunca se entero, era que no era su amante era un hermano distante que el nunca conoció y que esa tarde llego, a visitar a su hermana y ella para que descansara en su propia cama lo acostó, me despido con tristeza por el cuento que les traje, y les doy como concejo, que piensen antes de actuar, no tengan que lamentar por causa de los celos cobardes.