IGNEA PUREZA.
Del niño, me conmueve el llanto
la gracia, encuentro en su sonrisa
Al tomarle, en brazos hallo encanto
y al verle suspirar, me hechiza.
En el encuentro, la inocencia plena
e igual, diafanidad y trasparencia
Por ende, es única, criatura buena
donde Dios, exterioriza presencia.
Solo el niño, es ígnea pureza
Igualmente, lucidez y esplendor
siendo el único, perfecto humano
El tiene, el don de la grandeza
y un corazón, donde el amor
es capaz, de descifrar lo arcano.