Te veo llegar, recuerdo ese momento y
brindo por ti
este silencio que guardo tiene
la belleza que la palabra no podría empezar.
para llegar a sentir el calor de tu abrazo,
el murmullo de un saludo,
o de uno de tus beos,
tu cuerpo.
Enciendo un cigarrillo cavilante de deseo,
todo está vacío menos este sueño,
no sonrió solo es la distancia tan
superable, tú y yo somos solo el mal
recuerdo de ese día, de cada día.
Te ecribo solo lleno de nostalgias, loco
de felicidad, con mis preguntas locas
y mis respuestas radicales.
pero esperando el día en que te hable
y el sueño salga de las tumbas del
pasado, escupiendo sus lapidas,
engalanando la primavera esperada, en que
como hoy no este solo, sino con tu
presente y futuro, aportando a este
mundo de alegría, enfermos de la vida . . . . .
aunque la vida
solo son sueños.