La princesa se saturo
de te quieros
de ver reflejos en el espejo,
de sus cabellos finos
tejió un arcoiris
con el cual manda sus suspiros
al aire, en señal de su recuerdo,
no esta prisionera
mas su dolor la encadena
y la consume
como la hoguera a la leña,
es la guia de las estrellas
y se cuenta
que se concentra en su espíritu,
mas desvanece en la inquietud
de la espera ansiada.
Ya no gritan sus paredes,
ya no lastima su ausencia,
mas espera inquieta
al ritmo de su corazón
que pase nuevamente
su estrella soñada,
donde deje aquello
que se convirtió en un desierto,
en tanto asi le devuelva
su estrella amada
el precioso regalo
de su amor lejano.