Solo con el mar
una tarde soleada de invierno
entre gentes alegres, gaviotas sin rumbo
y yo, solo con el mar.
Y si en aquella tarde estuvieras tú
si por error volviera aquel pasado, hoy
sé, que estaría solo.
Cayo el último rayo de sol
sobre mi rostro
el frío intenso se posó sobre mis hombros
mas en porfiadez
fui testigo mudo del anochecer
ya sin prisa, ya sin nadie...
solo frente al mar.
En multitudes de personas, naturaleza y vida
refugiado en pensamientos fugaces
sin importar lugar, allí estoy
allí estaré en mi soledad, solo...
solo con el mar.
Adolfo vera.-