Tengo una negra suerte de congoja,
que llega con la tarde y se desliza,
sin viento en noches donde nada es brisa
y nace mi real angustia roja.
Melancolía el nombre, que deshoja
las esperanzas mías. Más huidiza
la amante a la que tengo por mestiza,
pues dulce beso ardiente la sonroja.
Murió el amor, de suave sentimiento
que acompañaba sueños de romances,
y al final sucumbió y sólo por verla...
Tengo melancolía en mi hundimiento,
ya no hay un corazón que tenga avances,
y nada hay que me impida el absolverla.