Aquí estoy,
texturando soledad con emociones,
guardando penas en todos los rincones
de esta pequeña casa que construí contigo.
Te fuiste apagando lentamente
como un cirio
ensombreciendo todo con cada centímetro de ti
que se marchaba.
Ahora,
con tu ausencia temblándome en las manos
y tu mirada dulce clavada en mi entrecejo
tomo páginas blancas
las mojo con mis lágrimas
y aunque no estás en carne
te tengo en mis cuadernos.