FELINA

SALPICÁRONSE MIS PIES, DE AGUA CANTARINA

 

Allá donde nace la clara luz del día,

soñé con construir  mi casita, algún día,

que tuviese caminos sembrados de pomares,

un árbol de naranja cargado de azahares.

 

Allá donde se escucha el canto de la cigarra

y hasta tocar el cielo un gran roble se levanta,

Allá donde se siente que la tierra te abraza

con su verdor y vida proclamando esperanza.

 

Allá, donde madrugan los pájaros cantores,

 con sus gorjeos y trinos despertando moradores

que duermen la placidez de una noche serena,

dejando atrás estrellas y una luna llena.

 

Allá corre un riachuelo con el agua cristalina,

 salpicáronse mis pies, de agua cantarina,

el día que me dijiste con tu voz temblorosa…

¡Quiero hacerte mía… me entregabas una rosa!

 

No pude ser tuya… era apenas una niña

con mis quince abriles y amarte no podía.

Te dije... ¡Yo te espero algún día en la campiña!

Fue pasando el tiempo....tu imagen se perdía.

 

Después de tantos años vuelvo a la vereda,

aún están las huellas marcadas en la brea,

en el caminito aquel que nos llevó a la aldea,

¡en dónde soñamos un día… con una primavera!

Felina

Esta historia continuará...