Y ya llego,
paso la tarde y ya llego,
esas horas de tenue alumbre
del reflejo del sol en la roca
de esos ratos que los niños lloran
y que navegamos
a la deriva en un mar de sueños,
que se nos separan
cuando se nos separan las pestañas.
Cuando el manto y sus luces nos cubren
nos damos cuenta
en silencio
quienes somos
de lo que anhelamos en ese barco al navegar
pero ya se va
y volvemos de alta mar
y ya se nos va
todo lo que logramos imaginar.