Llegará el otoño con sus hojas moribundas,
pasará el invierno con sus fuertes vientos,
tragará mi llanto y desdichado aliento,
¡pero no!, no te dejaré de amar nunca.
Y dejará de brillar el sol por un segundo,
treparán las aguas a las cúspides montañas,
podrás tú, acaso, decir que no me extrañas,
pero tu recuerdo seguirá en mí, profundo.
Tu osadía de ser tan linda siempre la amaré;
carambas, ¡que el amor se da una sola vez!
Y al llorar ahora, sé que no te olvidaré.
Gracias por existir, y aunque me duela perder,
quiero que sepas que mis puertas están abiertas,
pues, hasta que muera, yo siempre te voy a querer.