Gerardo Barbera

LA SILLA DE RUEDAS

*

 

 

 

La abuela está triste, callada, sueña,

 

la luz húmeda se lleva la noche,

 

duerme sentada en la silla de ruedas,

 

su mente navega entre las estrellas.

 

Ella mira con sus ojos dormidos,

 

su imagen flota suave entre la niebla,

 

se lleva su pasado para siempre,

 

flores marchitas, amores perdidos,

 

viajes, de los que siempre habla la Vieja.

 

 

 

  

 

**

 

 

 

Ahí está, con esos vestidos negros.

 

Cuántos años tendrá la noche oscura.

 

La trajeron de lejos,  las montañas,

 

desde la oscuridad de los misterios,

 

sin paz, sin cama, corazón enfermo

 

las sombras espirituales, locuras

 

entre rezos y leyendas, silencio,

 

sin cantos, sin esperanzas, sin alma,

 

sin luces de luceros, sin campanas,

 

sin flores, entre gritos de dolores,

 

vieron los ojos la muerte, sin madre,

 

 sin amor, abandonada a la suerte,

 

de noche..., nació la abuela gitana.

 

 

 

 

 

***

 

 

 

Muere el tiempo  en su rostro  perfecto,

 

las  manos blancas, bellas,  de otro mundo,

 

la mirada  perdida, penetrante,

 

tenebrosa, sentimientos profundos,

 

sus huellas  temblorosas, sin aliento,

 

el rumor de las voces en la brisa,

 

muecas, dolores, risas delirantes,

 

entre el canto de  rosas y las flores,

 

se apaga  sobre la silla de ruedas

 

la del pacto con el Ánima errante.

 

 

 

  

 

****

 

  

 

Va a dormir, nos mira, está muy cansada.

 

tranquila en su silla, reza con Ellos

 

la Vieja despertará como siempre,

 

la llevarán al baño sin colores, 

 

la muchacha irá con ella al balcón,

 

luego, mirará las aves doradas,

 

vendrán tristezas, caerá el cabello ,

 

le dirá a la muerte amiga que espere,

 

hasta que lleguen caricias de amores,

 

Ella no cerrará los ojos negros, 

 

vivirá cien años más, ¡vivirá!

 

venderá el alma, tomará otro cuerpo,

 

renacerá con maldición gitana,

 

como lo hizo antes, noche de montaña,

 

cuando murió su hermana, aquella niña,

 

 la que nació sin madre, sola, hace años,

 

sin luz,  nada importa, caen las hojas,

 

 una sombra, la silla se detiene,

 

la Vieja nos mira, murmura cosas,

 

parece que se va con la mañana,

 

con el rumor del mar, el sol,  las olas

 

a buscar la vida nueva y hermosa

 

de una frágil semilla moribunda,

 

como esas voces eternas, enfermas,

 

 vendrá en otra niña,  su alma gitana.