Mi almohada está impregnada
con perfume de ilusiones,
con sueños, con emociones…
No quiero amaneceres
tras noches frías de espera,
madrugadas solitarias,
sin arrullos, sin canciones…
Caliéntame con tu aliento
y llena mi almohada cálida.
Convierte en canción mis lágrimas
con trinos de amor, en sueños.
Y regálame una flor,
con tus labios, en un beso.