Leandro Rodríguez Linárez

(Intitulado LXXVII)

Cada día nace en ti mi esperanza, como un campo de flores de residencia permanente, triunfal, hace que las sombras, el frío y el silencio orbiten su tiranía en planetas donde no vivo. Renace mi esperanza como lingotes de otoño seguros de alba claridad. Nace mi esperanza, naces tu y en ti nazco yo como un hombre de prospera vida infantil. ¿Qué hago? Me pregunto, tomo un lápiz y con la apreciativa sed del rayo incinero vocales que en mi boca estaban dispuestas a hablar, el blanco papel que de su morada trae a mi sus raíces profundas que como ellas me aconsejaban no me fuera… pero escribí y me alejé. Hoy con las vocales que sobreviven y las raíces más profundas que no se fueron hablo y a ti me acerco.
 
LRL
 
27-9-2011