Persiguiendo tu atención,
mis palabras
se afanan en buscarte,
tratan de hacerse
visible, de encontrarte.
Y las oigo dentro de mi alma,
siento que te pertenecen
más a ti que a mí mismo.
Son, y han sido siempre, tuyas.
Ellas te buscan con inquietud
avanzan tras de ti para que me oigas
saben que, como yo,
están predestinadas.
A veces fluyen,
dejando más huella
en mí que en ti, su objetivo.
Van arañando mi piel
para acariciar tus oídos.
Llenan el espacio entre nosotros;
abrazan cada segundo
de mi existencia,
son las palabras
que te buscan,
te persiguen.
Ya sabes
y deberías saber más:
sólo tienes que detenerte, escuchar,
dejar que te arrullen,
dejar que te acompañen.