"Si por amarme te quieres exceder/ y hasta perder los sentidos,/ tienes, si me vas a querer,/ todos los excesos permitidos".
No tengo ya excusas para no amarte,
para no abrirte mi alma y entregarte
todo lo que sé bien que tú mereces.
No tengo en verdad cómo negarme
a darte todo mi sentir, a enamorarme
y jurarte que en mis adentros creces.
No tengo razones valederas para decir
que bien puedo cualquier día escribir
y ya no hacerte ninguna dedicatoria...
Nada hay dentro de mí que se resista
a decirte que eres para mí protagonista
del principio y del final de mi historia.
No tengo excusas ya para no ofrecerte
un amor vivo y más allá de la muerte,
que se lleve tu nombre hasta otro plano,
Eres el amor sincero que evoco ahora,
el que te hizo sentir tal vez más pecadora
y a mí más yo, más amante, más humano.
No existen motivos en nuestras mentes
para pretender ser ahora unos inocentes
acusados de hacer cosas nada triviales,
podemos amarnos, ser libres por fin...
hacer el amor desnudos en el jardín
y que las flores nos declaren culpables.
No le debemos a nadie explicaciones,
muchísimas serán pues las ocasiones
para amarnos sin tabúes, sin temores.
Si sabes que te adoro y tú me adoras,
que se guarden su crítica las señoras
...y ya dejen su envidia los señores.
Sin excusas estamos para no ser felices
deben acabar desde hoy los cielos grises
y el cielo azul que llene todo el entorno,
que sea este amor nuestro mejor menú,
para comerte a besos yo, para comerme tú
con esta pasión recién salida del horno.
Vamos hoy a bendecir este amor los dos,
seguros estamos de que el mismo Dios
a cada momento lo estaría bendiciendo.
Vamos tranquilos a seguirnos amando,
a nadie le importa cómo ni desde cuándo
tú y yo amor, nos estamos queriendo.
La gente tiene su morbo y quiere saber,
vamos pues aunque sea, a dar a entender
que es algo que a ellos les pueda interesar.
Seamos amables, no debemos ser rudos
y hasta dejemos que nos vean desnudos
para que tengan material con qué criticar.
No hay excusas desde hoy para esconder
toda la hermosura sana de nuestro querer,
que hasta el eco al oírnos tenga oportunidad
y así cuando esa gente que curiosa nos mira,
se atrevan a decir que este amor es mentira,
el eco que nunca miente les dirá la verdad.