Silvia Abalo

Lirios y felpa.

Como torbellino que arrasa,

el velo de la vida se hace ingrato

la vejéz entre signos se apodera,

como fantasma que asustar espera.

 

Los cabellos cobrizos de aquel día,

se ocultaron en blanca cabellera

más ceñida mi frente avejentada,

me recuerda el fulgor en la mirada.

 

Opacacada visión que túrbia queda,

trás fatígas incontables de mis pasos

y en mis manos añejas e impresisas,

por temblores que aumentan con los años.

 

Mi corazón anciano y debilucho,

me recuerda aquellos días con orgullo

de mis rizos cobrizos y enrredados

y la piel tersa y suave cuaL durazno.

Que vanidad divina me supera,

al recordar amor que me quisiera.

 

Pero el puñal inmenso de los años,

acabó con mi cuerpo que es materia

sabiduría de alma primorosa,

soñadora,tenáz y compañera

transita entre recuerdos,

lírios,félpa

una esperanza audáz de quinceañera.

 

Más suplico a mi Dios que me permita,

aceptando el destino socegada

le cuente de mis félpas y mis lírios

al llevarme consigo a su morada.

Sil.