Por las venas de la luz en los carriles de mi desvelo palpitas mujer, circulas por la sabia de las maderas que me rodean con sus formas innaturales, circulas por lo metales y sus estruendosos silencios.
Circulas por las telas que me visten como una mano besadora. Circulas por mis caminos, en sus tierras, en sus piedras como aguas descalzas, sin murmullos. ¡Ay que venas tan extensas! Brazos inmensos en los puertos de tu ser y el mío, luciérnagas exasperadas que se claman como firmamentos enamorados.
Te oigo en el interior de las cosas amor, soy el estuario de tu esencia, eres los tambores de mi pulso, la luz que penetra mis ojos atardecidos de tanto pensarte, pensarte… y es que te pienso tanto, que sí digo mi nombre mi alma sale volando.
LRL
28-9-2011