Prometiste no olvidarme
y se cuanto nos quisimos
sé que el beso que nos dimos
más tarde iba a lastimarme.
Yo, de ti, me enamoré
te entregue mi corazón
y hasta perdí la razón
cuando en tu casa moré.
Era yo, libre, libre hombre
era yo, todo un iluso
que su corazón lo puso
todo a tus pies, a tu nombre.
Lo mismo te prometí
y cumpliré esa promesa
pues, estas en mi cabeza
no me olvidare de ti.
Te sueño en las madrugadas
cuando más frío me da
busco tu cuerpo y no está
y abrazo las almohadas.
Nunca olvido esa caricia
que en la mejilla me hiciste.
la palabra que dijiste
con la que un juego se inicia.
Mas… saber tu deberías
que me lastimó ese juego
porque jugamos con fuego
y tú, no te quemarías.
Mientras, yo, gritaba al mundo
que sólo a mi me querías
con tus manos aplaudías
palabras en un segundo.
Tanto a mí, ella, me quería
sufrió cuando, yo, me fui
su corazón lo destruí
pues, nunca más me vería.
Autor; Jareth Cruz