Entre el delirio y el dolor
sólo hay un punto verdadero,
se dice ser el sufrimiento,
se dice ser el corazón,
pero has de saber, mundo,
que el dolor es el martirio,
loco martirio predecido
de este poeta vagabundo,
que en su vida ha de afirmar
en un segundo sin dudar:
El amor era el amor.
El dolor sólo es dolor.
Se sucumban en praderas,
se derraman en los vientos,
este agita en las noches
y se van corriendo lentos.
Más y más pide el anhelo
y se derrite, mismo hielo.
Versos unánimes y libres
renacen del poeta desgraciado;
De su vida despiadada,
su alma entera se ha llevado.
El amor era el amor.
El dolor sólo es dolor.
¿Por qué se sufre tanto?
¿se siente dulce sufrir?
¿por qué tanto desencanto?
La vida se ha hecho para vivir.
No mira nada, pero el alma siente.
Es ajena de sus actos;
no ha hecho tratos, menos pactos,
mas se hace a la inocente.
El dolor sólo es dolor.
El amor estaba enamorado.
Pobre poeta, pobre amor y su dolor
De impotencia,
desnudos se han quedado.