Llego tarde a casa derrotado
por el cansancio cotidiano,
llego siempre esperanzado
a que me tiendas la mano,
esperando también un abrazo
y quizá un beso encantado
que me haga olvidar un poco
lo absurdo de este mundo loco,
llego siempre muy ansioso de ti
deseando pronto te prendas a mi
y que con tu sonrisa mágica
olvide la aburrida y tonta rutina,
siempre lo espero al llegar
y solo hay un vacío al que mirar
pues hace ya tiempo de tu partida,
solo encuentro una vieja fotografía,
y a pesar de todo sigo esperando
el día que a casa vaya llegando,
y encontrarme con tus brazos,
con tus miradas y tus caricias,
para revivir amores pasados
cuando junto a mi tú vivías,
y aún hoy sigo esperando
como siempre, esperanzado.