Atardecer que asoma tras los cerros,
suavizando los rayos del sol tíbio
que parte hacia el ocaso de la tarde,
dejando todo aquello tan sombrío.
Dorado pareciera el mismo cielo,
y tórtolas retornan en su vuelo
para observar la luna blanca y llena,
que empieza a iluminar el universo.
Atardecer de orillas con las olas,
de azúles,claros,fuertes,quietos mares,
que apaciguan corrientes en caudales,
mostrandose serenos y reales.
Se inquieta allí en la cima un sauce viejo,
que vaga entre sus hojas con el viento
y esperando el murmullo del silencio,
se duerme sollozando en su lamento.
Llegando yá,la noche enrriqueciendo,
con páz y con penúmbras el momento
en que se hacen presentes las estrellas,
colmando de belleza el firmamento.
Sil.