Ella decía vamos a donde el sol tarda
y mirémonos cada día, cada mañana,
esperemos a que la luz se vaya
y tómame hasta que el sol salga,
exprime hasta la última gota,
como con el agua de tus manos,
súmate conmigo al aura
y convirtámonos en un final.
Entre aquellos árboles sin forma,
ahí donde se dibuja un abismo
duerme tranquila una estrella,
las tinieblas tuyas y mías.
Los árboles oscurecieron rápido,
las flores duermen en sus brazos,
parece como si una boca se callara
y una estrella se apagara,
porque te amé,
porque tengo una estrella hacia ti
y la tuya no brilló.
El cielo se ha caído,
todo es oscuro,
parece como si unos ojos se cerraran,
y una flor no despertara,
porque te amé,
porque era el viento de todas partes
para aferrarme a tu cabello,
pero no estabas en ninguna parte.
Las nubes oscuras,
el paisaje se tornó en cortina de lluvia,
porque te amé
parece como si un niño llorara
y las sombras mojaran,
porque te amé,
porque un jardín tiene tu nombre,
porque te amé
y tú no me amaste…